Mira profundamente en la naturaleza
 y entonces comprenderas todo mejor.
Albert Einstein


Costa Rica ha sido un sueño hecho realidad, un sueño, no soñado porque siempre pensé que estaba fuera de mi alcance. Y encontré un paraíso, y me hallé en medio él,  en la inmensidad de la selva, acompañada de extraños sonidos y animales,   rodeada de una exuberante vegetación, …y caminé durante 15 días por él sintiendo la infinitud de su belleza, la intensidad de la vida en cada rincón,  el sonido del agua de la lluvia, su tacto en mi cara, los colores de las aves, los peces y las flores, la amabilidad y sencillez de sus gentes. Así debió de ser el Edén.


Sin ellos.

Muchos me han ayudado a perfilar el viaje y a ir formando y encajando cada pieza de este puzzle que ha supuesto su preparación. Y de la mano de muchos lo he ido transformando hasta convertirlo en una hermosa realidad. 

De la página de los viajeros.com (https://www.losviajeros.com/foros.php?t=57895)  he obtenido información muy valiosa sobre experiencias de viajeros que han estado antes que yo y  a través de correos personales con los foreros Firefly2, wilderness y  mininube  que me han ido aconsejando e informando según su experiencia, he obtenido una muy valiosa información y casi en directo. A todos ellos, un millón de gracias.

A Gina de la agencia de Viajes Asuaire con quien contraté  el primer día en San Jose, el siguiente en Tortuguero así como el transporte a este parque. Sumé el coche, el vuelo de Sansa desde Drake a San Jose  además de conseguirme las entradas al volcán Poas y quien ha ido respondiendo todas mis dudas e inquietudes con gran profesionalidad y paciencia, muchas gracias.

A Diana, de Surcos Tours, con quienes contratamos e hicimos el tour de 2 días en La Sirena en Corcovado y quien igualmente ha ido informándome y resolviendo puntualmente todas mis preguntas, también, muchas gracias.

Y en especial a los guías que nos han acompañado en nuestros caminos por senderos y selvas, y quienes han cuidado de nosotros con especial cariño:  Rafa Alvir, en Tortuguero, con quien nos deslizamos por los canales del parque escondiéndonos en un hermoso rincón para disfrutar de un delicioso tamal. A Cristian  Mena en Monteverde, con quien recorrimos un oscuro bosque descubriendo animales ocultos en la noche y luego al día siguiente hermosas aves coloridas de todos los tamaños y clases y Carlos Madrigal en La Sirena, con quien compartimos casi todas las horas exceptuando las de dormir desde las 6,30 de la mañana del día de partida hasta las 14 del día siguiente. Todos ellos, sin excepción tienen la gran suerte de disfrutar con su trabajo y de transmitirnos a todos su entusiasmo por él y por todo lo que les rodea, la naturaleza pura, la vida que llena todos los espacios y rincones. Ninguno de ellos ha tenido un horario establecido, nada más para el comienzo y las horas transcurrían junto a ellos sin darnos cuenta.

Y también todas las gentes que hemos ido conociendo en nuestro camino, personal de los hoteles, restaurantes, u otras actividades que nos han ido brindando su ayuda y su cariño. De todos los hoteles nos hemos despedido con un abrazo y besos. A todos, por su cercanía, familiaridad y cariño y todos han añadido algo especial. En el Hotel Xilopalo de Arenal por la información brindada sobre los lugares a visitar y las facilidades para hacerlo. En Monteverde por romper su horario para brindarnos un desayuno, en Manuel Antonio a Carlos, por su proximidad y su especial cariño con nosotros,  en Dinquis del sur, a Luis por su especial atención y conversación, a toda la familia propietaria de subset lodge también por su familiaridad y apertura.

En actividades, a Selvatura park donde todos los guías del grupo nos cuidaron con especial atención y celo, a Carlos, propietario de Drake Diving en Bahía Drake por su amena conversación y a  Carolina, nuestra guía en la excursión de snorkelling que también cuidó especialmente de nosotros y sobre todo de Angel lesionado.

Hemos chapoteado juntos en el barro de los senderos de la Sirena, y sus arroyos, vadeado ríos con “lagarto” incluido, mojado bajo una pertinaz lluvia y admirado y sorprendido por todo lo que nos han mostrado. Y sobre todo hemos descubierto vida y la pasión por ella.


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